La muerte de Orlando Zapata, una torpeza imperdonable del gobierno cuabano





La inexplicable muerte de Orlando Zapata, preso por ponerse en huelga de hambre, pone en evidencia una vez más el respeto a los derechos humanos en Cuba

Es lamentable que el gobierno cubano cometa torpezas de este tamaño, cualquiera que haya vivido una huelga de hambre, sabe que es muy difícil morir a consecuencia de ella, Mahatma Gandi, llevó adelante muchas huelgas de hambre, algunas de ellas en la cárcel y no por ello resultó muerto, hasta que una mano asesina acabó con su vida.

La disidencia cubana ya cuenta con otro mártir, gracias a la torpeza de unos funcionarios serviles, gracias a la ceguera de unos políticos fracasados, en un callejón sin otra salida que la caída de un régimen cada vez más decrépito.

Orlando Zapata no era un agente del imperialismo, Orlando Zapata no era un peligroso delincuente, pero aunque lo fuera, el hecho de su muerte, pone una vez más en evidencia a una Cuba que ha perdido el rumbo y que huye cual alma que lleva el diablo por el camino de la desesperación y el miedo a sus propios ciudadanos.

Los lamentos protocolarios de Raúl Castro de cara a la galería, diciendo que lo lamenta, pero que en Cuba no hay torturadores, no sirven más que para darnos cuenta de lo perdido que se encuentra él y su aparato de gobierno, que más que un gobierno, cada día más, se ve reducido a un aparato de propaganda que sólo se escucha a si mismo.

Todos los medios escritos y todos los de Internet señalan la muerte de Orlando Zapata.

Todos los dedos de todo el mundo señalan al gobierno cubano.

Recibo en este momento un Twitter de Cuba que me dice que en el carro con placa OTB968 llega a su casa de Banes, el pueblo está tomado por la policía, que ha advertido a los vecinos de que no salgan a la calle.

Así, no se hacen las revoluciones.


Publicado en Globedia.com el 24-02-2010